Viajero Inmóvil - Difusión de grupos progresivos independientes

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Discografía

  • Lo que queda - (2000)
  • Incendio - (2004)
  • Persona - (2006)
  • Freak - (2008)
  • La potestad - (2015)

 

 

Integrantes en el álbum

  • Persona - (2006)

 

ALEJANDRO MATOS - Guitarra, teclados, programación dr 660 y voz

 

Integrantes en el álbum

  • Freak - (2008)

 

ALEJANDRO MATOS - Guitarras, programación, bajo, teclados y voz

 

Músicos invitados:

VERÓNICA MARJBEIN - Violín

 

Integrantes en el álbum

  • La potestad - (2015)

 

ALEJANDRO MATOS - Guitarras, samples, teclados, programación y voz

JAVIER GARCÍA ATENCIO - Batería

ANDRÉS ZADUNAISKY - Bajo

 

Músicos invitados:

MARIANA GASIOLI - Contrabajo

CLAUDIA KUTENPLAN - Clarinete

PEDRO KISZKURNO - Bandoneón

CATALINA MATOS - Theremin

 

 

Mi historia musical pudo haber tenido varios comienzos. Uno de ellos podría ser en 1974, cuando aprendí a poner discos en el Winco. O tal vez cuando mostré una clara tendencia a prestarle atención a la música que sonaba en películas o televisión. Quizá fueron aquellos himnos solemnes y poderosos que sonaban en la iglesia protestante a la que me llevaban de chico. Seguramente uno de los puntos fundamentales fue el comienzo de mis estudios musicales, en 1980, cuando aprendí a tocar la guitarra y fundamentalmente el lenguaje musical, lo que equivaldría a aprender a manejar los sonidos. La música siempre me interesó y sin dudas tuve momentos mágicos con ella.

En 1980 comencé a estudiar guitarra y en un grupo de enseñanza gratuita. El precio de estar ahí fue más alto que el monetario y a los pocos meses abandoné bastante estresado. Aprendí poco en el instrumento y mucho en la música. O mejor dicho, en sus significantes.

En 1982 comencé a estudiar piano. Enseñanza de ama de casa aburrida que tiene instrumento. Ahí avancé muchísimo más con la teoría de la música y poco con el piano. El lenguaje musical era luz.

Pero había algo fundamental en esta primera parte de la historia. No había diversidad y no había tolerancia a cosas que no sonaban en el entorno. Nuestra historia en el núcleo era la correcta. No había que salir de ahí. No había razon alguna para salir de ahí.

Eso funcionó perfectamente hasta que llegaron mis 13/14 años y comenzó, aparte de mi historia musical, mi historia artística. Esos comienzos sí fueron más claros y delineados. La música era todo lo que sonaba. El arte era todo lo que me sonaba a mí. Y en 1983 la cosa empezó a mutar.

Retomé la guitarra y nunca más la dejé, conocí el rock elaborado de los 70, comencé a componer poesía automática y una canción por día, llegaron los recitales en vivo, el surrealismo visual y sonoro, los terrenos pantanosos del arte, el academicismo sin etiqueta, el estudio de música desde otros lados, el rock, la música clásica que no se escuchaba en la radio, la improvisación, la narración sonora, la experimentación, la electrónica, la oscuridad, los conceptos. Como mis comienzos con el aprendizaje no habían sido del todo afortunados, me las arreglé para ser buen autodidacta, aunque no fanáticamente.

En 1987 viajé a Buenos Aires, me metí en un estudio y grabé una canción en 5 horas. Yo fui la banda, atreviéndome incluso a agarrar un bajo por primera vez en mi vida. Eso fue determinante. A partir de ese día lo supe...

En algún momento descubrí que la búsqueda me había llegado muy lejos y recién en 1990 pude armar una banda, más de rock oscuro que de experimentación. Solamente duramos un año y fue muy bueno para evolucionar y entender el funcionamiento de un grupo. Tuve otras bandas después, buenas, malas e impresentables.

Ese período incluye mi radicación en Buenos Aires, mis estudios de guitarra y armonía, y recitales, grabaciones, composiciones. Eclipse en 1996, Salvador en 1997, Facultad de Profecía en 1998, Facultad en 2002-2004.

Y por último, la banda final: Alejandro Matos. Lo dije en su momento, (y en otro lugar del planeta un artista con un poco más de medios decía lo mismo): "La ventaja de ser solista es que yo no me disuelvo". Yo agregaría que las desventajas son muchas más. Pero esa "no disolución" tiene más de la mitad de las acciones. Así fue como compuse y grabé 4 obras, dos de las cuales llegaron al disco.

En 1998 compuse "lo que queda" basada en una colección de cuentos del mejor escritor de la historia argentina. Esta obra fue grabada pero no se editó en CD.

En 2002 compuse Incendio, que fue tocada en vivo y grabada en parte. Esta obra tiene como núcleo el colapso social de 2001 y las cosas que hicieron que se produjera. Pero por sobre todo es una referencia más bien simbólica a los miedos, al dolor, a la soledad, a la marginación, y a la paranoia de un individuo respecto de su entorno cuando el incendio arrasa con todo y se lleva todo. Curiosamente la música está más relacionada con mi primera banda que con lo que venía haciendo.

En 2006 se editó Persona, que había compuesto antes de incendio y por alguna causa (tal vez el incendio, justamente) dejé archivado. Fue tocada en vivo en varias oportunidades en 2006 y 2007. Persona es la historia de una lucha por la conquista de la máscara verdadera. La música suena por momentos sinforockera, por momentos psicodélica, por momentos alternativa y ahí aparecen las experimentaciones de nuevo.

En agosto de 2009 se editó Freak, mi nuevo disco. Empecé a trabajar en él a fines de 2007.

 

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